Hoy ya no es día de crónica. Es día de celebración. Los Lakers han ganado el anillo. Pau Gasol ha conseguido llegar a lo más alto y Kobe Bryant ha visto colmadas sus aspiraciones de ganar el campeonato como líder indiscutible del equipo.
Lo de menos es la crónica.
Aún así, un pequeño resumen.
Los Magic comenzaron en tromba, dispuestos a intentar prolongar la serie. El primer cuarto fue de dominio Magic. Poco duró la alegría. Los Lakers hicieron un partido serio. Acciones sencillas, sin alardes, fueron suficientes para mantenerse en el partido. En el segundo cuarto se rompió el marcador. Un parcial angelino de 30-18 comandado por Lamar Odom, Derek Fisher y Trevor Ariza a base de contraataques, desarboló la defensa de Orlando y desde entonces, dominaron a placer.
Pau Gasol tuvo un serio partido y desquició a Dwight Howard a base de defensa. Lo terminó cargando de faltas y lo sacó del partido cuando más lo necesitaban los Magic. El penoso acierto en el triple (Rashard Lewis 3 de 12) fue decisivo. El 8 de 27 final no hace justicia ya que en los últimos minutos lo maquillaron. Si el porcentaje final ya es malo al no llegar al 30%, ni hablamos de lo que fue hasta la sesión de maquillaje desesperada de los Magic en un amago de remontada que no sucedió.
Kobe Bryant fue el líder que su equipo necesitaba y aunque sus porcentajes no fueron buenos, lideró en puntos, asistencias, robos y tapones a su equipo sumando además 30 puntos y logrando su primer MVP de las finales.
¡Enhorabuena a los ganadores!
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