(2) Denver Nuggets 92 - 119 Los Angeles Lakers (4)
¡Qué buenos son los Lakers! Cuando son buenos.Impresionantes. Dominadores. Rotundos. Con pinta de campeones de la NBA. Así ganaron los Lakers en Denver, en un partidazo sin tachas, en el que Kobe puso la anestesia y Pau sacó el bisturí para arreglar una cirugía perfecta. Un equipo que, si juega así, es difícil que nadie lo pueda parar.
Los Lakers dieron un golpe encima de la mesa y mostraron todo su potencial, sin reservas. El partido se empezó a conquistar a finales del segundo cuarto, cuando Kobe Bryant mostró toda su madurez y capacidad de leer los partidos. Denver sesteaba y era el momento.
Un Kobe en racha protagonizó al final del primer tiempo la primera escapada de los angelinos. 40-53 al descanso, nada insuperable pero un buen colchón que supieron mantener y aumentar hasta los 20 puntos (59-79) a falta de 3 minutos para finalizar el tercer cuarto. La Final estaba muy muy cerca, pero 8 puntos consecutivos de los locales apretaron mucho el marcador, y la racha podría haberse aumentado de no ser por las chaladuras de los Nuggets. En una situación así de partido Kenyon Martin, desde el suelo, y con los Lakers a punto de perder la posesión, agarró durante varios segundos a Sasha Vujacic, que trataba de levantarse. El esloveno anotó los dos tiros libres y dio aire a su equipo. Kenyon Martin se fue al banquillo cabizbajo. Y George Karl se quería morir (aunque es posible que prefiriera matar primero a Martin). Cosas del vestuario de Denver.
El último cuarto transcurrió con diferencias de entre 12 y 20 puntos. Los Nuggets se dedicaron a lanzar (y anotar muchos) triples estratosféricos, con JR Smith especialmente acertado. Pero no fue suficiente. Al final, frustración, técnicas e incluso una falta flagrante de Chauncey Billups a Pau Gasol, que se llevó un buen mamporro en la cabeza. Nada sorprendente, viendo la cantidad de "galletas" que se están repartiendo en estos Playoffs.
Pero el partido de los Lakers fue una labor colectiva. En defensa, con un bloque sacrificado que cerró su zona enseguida (buen trabajo de Andrew Bynum) y en ataque pasando con maestría. Un dato es claro: los angelinos sumaron 28 asistencias por 14 de su rival.
Cada ataque tenía un 'extra pass', sin ninguna precipitación, manteniendo el balón en las manos el tiempo justo para dar el balón al compañeroen el momento en que cortaba. Pau interpretó eso como ninguno. Puro 'Triángulo Ofensivo' de Phil Jackson. El baloncesto fluía y parecía que jugar así fuera fácil. Haciéndolo así, todos se implican. Y llegaron seis puntos vitales de Luke Walton en el tercer cuarto, o los 10 de Ariza en el primero, cuando le llegaban buenos balones para tirar solo de tres.
El sueño de Billups, Carmelo y compañía se desvaneció. Demasiado Kobe, demasiado Gasol y demasiado Lakers. Ya sólo quedan 4 victorias.
Si los Lakers juegan así, no hay un solo equipo en la NBA que los pueda batir. Este partido despeja (de momento) todas las dudas que había planteado este equipo, y muestra que sí que pueden dar el nivel que se les supone: el de un equipo capaz de arrasar a unos Nuggets dubitativos, castrados sin un Chauncey Billups mínimamente eficaz (horroroso encuentro, el peor que se le recuerda en tiempos), pero un gran conjunto al fin y al cabo, y más en su casa.
El sueño de Billups, Carmelo y compañía se desvaneció. Demasiado Kobe, demasiado Gasol y demasiado Lakers. Ya sólo quedan 4 victorias.
¡Qué buenos son los Lakers! Cuando son buenos.Impresionantes. Dominadores. Rotundos. Con pinta de campeones de la NBA. Así ganaron los Lakers en Denver, en un partidazo sin tachas, en el que Kobe puso la anestesia y Pau sacó el bisturí para arreglar una cirugía perfecta. Un equipo que, si juega así, es difícil que nadie lo pueda parar.
Los Lakers dieron un golpe encima de la mesa y mostraron todo su potencial, sin reservas. El partido se empezó a conquistar a finales del segundo cuarto, cuando Kobe Bryant mostró toda su madurez y capacidad de leer los partidos. Denver sesteaba y era el momento.
Un Kobe en racha protagonizó al final del primer tiempo la primera escapada de los angelinos. 40-53 al descanso, nada insuperable pero un buen colchón que supieron mantener y aumentar hasta los 20 puntos (59-79) a falta de 3 minutos para finalizar el tercer cuarto. La Final estaba muy muy cerca, pero 8 puntos consecutivos de los locales apretaron mucho el marcador, y la racha podría haberse aumentado de no ser por las chaladuras de los Nuggets. En una situación así de partido Kenyon Martin, desde el suelo, y con los Lakers a punto de perder la posesión, agarró durante varios segundos a Sasha Vujacic, que trataba de levantarse. El esloveno anotó los dos tiros libres y dio aire a su equipo. Kenyon Martin se fue al banquillo cabizbajo. Y George Karl se quería morir (aunque es posible que prefiriera matar primero a Martin). Cosas del vestuario de Denver.
El último cuarto transcurrió con diferencias de entre 12 y 20 puntos. Los Nuggets se dedicaron a lanzar (y anotar muchos) triples estratosféricos, con JR Smith especialmente acertado. Pero no fue suficiente. Al final, frustración, técnicas e incluso una falta flagrante de Chauncey Billups a Pau Gasol, que se llevó un buen mamporro en la cabeza. Nada sorprendente, viendo la cantidad de "galletas" que se están repartiendo en estos Playoffs.
Pero el partido de los Lakers fue una labor colectiva. En defensa, con un bloque sacrificado que cerró su zona enseguida (buen trabajo de Andrew Bynum) y en ataque pasando con maestría. Un dato es claro: los angelinos sumaron 28 asistencias por 14 de su rival.
Cada ataque tenía un 'extra pass', sin ninguna precipitación, manteniendo el balón en las manos el tiempo justo para dar el balón al compañeroen el momento en que cortaba. Pau interpretó eso como ninguno. Puro 'Triángulo Ofensivo' de Phil Jackson. El baloncesto fluía y parecía que jugar así fuera fácil. Haciéndolo así, todos se implican. Y llegaron seis puntos vitales de Luke Walton en el tercer cuarto, o los 10 de Ariza en el primero, cuando le llegaban buenos balones para tirar solo de tres.
El sueño de Billups, Carmelo y compañía se desvaneció. Demasiado Kobe, demasiado Gasol y demasiado Lakers. Ya sólo quedan 4 victorias.
Si los Lakers juegan así, no hay un solo equipo en la NBA que los pueda batir. Este partido despeja (de momento) todas las dudas que había planteado este equipo, y muestra que sí que pueden dar el nivel que se les supone: el de un equipo capaz de arrasar a unos Nuggets dubitativos, castrados sin un Chauncey Billups mínimamente eficaz (horroroso encuentro, el peor que se le recuerda en tiempos), pero un gran conjunto al fin y al cabo, y más en su casa.
El sueño de Billups, Carmelo y compañía se desvaneció. Demasiado Kobe, demasiado Gasol y demasiado Lakers. Ya sólo quedan 4 victorias.
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