Cuando LeBron James anotó el antológico triple sobre la bocina que le dio la victoria a los Cavs en el segundo partido, muchas eran las voces que decían que esa canasta era el primer clavo en el ataúd de los Magic, pese a viajar a Orando con empate a 1.
Nada más lejos de la realidad, los Magic ofrecieron anoche una exhibición de madurez y seguridad en sí mismos que asusta, y sobre todo asusta a unos Cavs, que de repente parecen vulnerables.
En su regreso a casa, los de Van Gundy jugaron un baloncesto muy agresivo en defensa y veloz y alegre en ataque, buscando a Howard justo en el momento en el que la defensa de los Cavaliers temía la amenaza exterior.
Rafer Alston fue el primer jugador de Orlando en entrar en juego, siendo el protagonista de su equipo, y defendiendo con solvencia al 2º espada de los Cavs (Mo Williams).
Los Cavaliers, como siempre con James cargando con casi toda la responsabilidad y gracias al despertar de su base, aprovecharon que Dwight Howard se tuvo que ir al banco con 3 faltas, y con casi 8 minutos por jugar del segundo cuarto.
Con un primer cuarto de color local (24-17), y un segundo rojo visitante (18-24), la igualdad ya estaba presente en el paso de los equipos por vestuarios (42-41).
La verdad es que quién más quién menos, esperaba entonces que el partido se decidiera por la mínima, al igual que los 2 primeros de la serie, pero Orlando le puso una marcha más a su juego en la segunda parte y con Pietrus revolucionando el juego desde el banco, y con un Howard irreconocible desde la línea de tiros libres, fueron abriendo una pequeña pero sólida ventaja de 8/10 puntos, que fueron manejando durante la recta final del partido.
Los Cavaliers estuvieron una vez más en manos de LeBron, pero el resto de jugadores no dió el paso al frente necesario para lograr una victoria en cancha ajena, sobre todo si hablamos de una Final de Conferencia.
El actual MVP se vació, lo intentó todo, por activa y por pasiva, defendiendo y atacando, pero aunque parezca increíble, LeBron es humano y al final del partido dejó signos de agotamiento.
Sobre todo con 4 tiros libres fallados en los últimos minutos y algunas decisiones dudosas en ataque.
Hablando de fallos en tiros libres, los Cavs obligaron a pasar a Howard hasta en 10 ocasiones en el último cuarto, pero Súperman sorprendió a todos anotando 8 de sus tiros.
Ni el malísimo día de Hedo Turkoglu cara al aro (1 de 11) fue impedimento para que su equipo se alzara con el triunfo, y es que el turco es mucho más que un anotador, y contribuyó con 10 rebotes y 7 asistencias (además de con 11 de 12 en libres).
Los Cavaliers necesitan ayuda desde el banquillo, pero la productiva segunda unidad parece haberse perdido, y anoche sólo consiguieron 8 puntos (4 Wallace y 4 Smith), mientras que los suplentes de Orlando hicieron 20 entre dos jugadores (Pietrus y Gortat).
Y es que el poder colectivo de Orlando se está imponiendo de momento.
Los Cavs firmaron un 5 de 26 en triples y un 37.2% en tiros de campo. Choca el 0 de 3 en triples de Ilgauskas, el center del equipo.
También son reseñables los 51 tiros libres de los Magic (76.5%), por sólo 35 (74.3%) de Cavs.
El próximo partido es casi decisivo para los Cavaliers, el mejor equipo de la Regular Season, que está contra las cuerdas, ante un rival con una afición volcada.
El público de Orlando lo tiene claro : "We Believe".
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