Los Lakers dejaron atrás la penosa imagen que dieron en el 6º partido jugado en Houston, y evitaron la sorpresa imponiéndose de cabo a rabo a unos Rockets que salieron extrañamente tímidos al parqué del Staples.
Desde el segundo 1, se vio claro por donde iba a ir el partido, los angelinos intentaban (y lograban) abusar de su poderío interior, dándoles muchos balones a sus torres (Gasol & Bynum), y forzando penetraciones de los exteriores en busca de faltas personales.
Houston por su parte respondía de su única manera posible, a través de la rapidez y del tiro exterior, pero anoche las pistolas de los Rockets estaban encasquilladas y el partido fue para ellos un festival de fallos, uno tras otro.
El arranque del choque lo dice todo.13-2 para Lakers (Ariza 9 puntos) y Houston logrando su primera canasta de campo a los 7 minutos de partido.
Los Brooks, Artest y Battier no estaban acertados, y la brega de Scola era un argumento demasiado pobre para unos Lakers que salieron concienciados.
Si el primer cuarto ya acabó con clara ventaja local (22-12), el segundo fue una sangría y entre los dos interiores locales y un Bryant que había estado desaparecido en el primer cuarto, la ventaja ya era de 20 al descanso (51-31).
Sinceramente, viendo como había transcurrido el partido, se hacía dudoso que Houston pudiera tener "chance" ni tan siquiera contando con la habitual pájara de los angelinos.
Al descanso los hombres de Rick Adelman ya se veían de vacaciones.
El tercer cuarto, que los Rockets consiguieron mantener equilibrado, trajo para los Lakers la buena noticia de ver a un Andrew Bynum más activo de lo habitual en estos Play Offs, y entre él y un Pau Gasol que fue el amo y señor de ambos tableros lograron evitar que Houston ni se acercara en el marcador.
En el último periodo (de la basura),la ventaja llegó a estirar se hasta los 31 puntos (89-58), a 3 minutos del final, pero Lakers ya no anotó y Houston lo aprovechó para maquillar en la medida de lo posible.
Houston murió por culpa de su indecente 36.8% en tiros, con Artest (3 de 10), Brooks (4 de 13), y Landry (2 de 10), como máximos exponentes.
En Los Angeles destacar el papel secundario que tomó Kobe Bryant, algo inusual tratándose de un 7º partido.
Tras ganar a Rockets, los Lakers deben ser favoritos en la final de Conferencia contra los Denver Nuggets. Por su trayectoria, por nombres y por su valía individual y colectiva. Pero sólo ganará jugando como en este partido. Si actúan así, son imparables. Y si Pau es capaz de sacar esa fiereza y de imponer su corazón, es uno de los verdaderos grandes de la NBA.
(3) Boston Celtics 82 - 101 Orlando Magic (4)
Habrá nuevo campeón, ya que los Celtics, actuales poseedores del título, doblaron anoche la rodilla ante el mayor potencial físico de unos Magic que supieron jugar sus bazas en el definitivo 7º partido.
Boston despide la temporada con la cabeza alta y el orgullo intacto, ya que pese a la importantísima baja de Kevin Garnett, y la mala suerte de la lesión de Leon Powe ya en pre-temporada, los verdes han sido capaces de dejar en la cuneta a los pujantes Bulls en una serie espectacular, y de forzarle 7 partidos a los Orlando Magic.
Anoche Orlando empezó mejor que los locales, con Dwight Howard causando terror bajo su canasta y con los exteriores afinando la puntería. Con Pierce y Allen desenchufados, se preveía noche dura para los locales.
Pero Ray Allen resucitó, y gracias a sus 10 puntos en el 2º cuarto y a un pequeño bache anotador de los de Florida, Boston consiguió llegar al descanso con un decoroso 38-45, y con la sensación de que todo era posible.
En el tercero los Celtics no consiguieron reducir la desventaja y ya entonces echaban mucho de menos a un Paul Pierce desdibujado.
Al entrar en el último cuarto (61-66), un parcial de 0-11 para Orlando puso en la picota a los Celtics y a Orlando con el partido en la mano (61-77).
Pierce tomó el mando de su equipo y comenzó a producir, pero a cada intento de aproximación local, respondían los Magic de manera contundente, con el mejor Turkoglu de la serie.
Especialmente doloroso fue un triple del turco, que respondía de inmediato a uno de Allen que ponía a 12 a su equipo con 4 minutos por jugar.
El escolta Ray Allen con 23 puntos fue el líder del ataque de los Celtics, que esta vez no tuvieron el apoyo del alero Paul Pierce y del base Rajon Rondo al quedarse ambos con 16 y 10 tantos, respectivamente.
Los últimos instantes sirvieron para que el público local despidiera a sus héroes con sonoras ovaciones y para que Orlando celebrara discretamente su pase a una Final de Conferencia 13 años después.
Tremendo el acierto de los visitantes cara al aro, sobre todo desde la línea de tres puntos, desde donde masacraron a los Celtics con un notable 13 de 21.
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